Siguióme el ensueño por caminos de arriba y abajo
pendientes abruptas que crecen,
laderas caprichosas, aguas escondidas
y bordeando el lago del sueño
dos caballos, uno pardo, el otro muy oscuro, casi negro
apoyando las cabezas en sus lomos mutuos
Al seguir el recorrido al borde caí
a tomar
agua transparente, y fría de deshielo
al frente la pirámide de blancos eternos
los chinchillones a los saltos al vernos
sus orejas que apuntan el cielo más celeste
miedosos, no mas que mis ojos de ensueño
Por el ruido del agua comprendí
que el sendero no es siempre uno solo, son muchos
que zigzaguean para llegar todos juntos a encontrarse
Y nos rodearon las cabezas plumadas
pájaros de alas anchas
sombreros entre el cielo y nosotros
Un bosque de pehuenes respira
al ser las palabras solo símbolos
y al haberlas escuchado de sus mapuches
que son hoy sus hijos y sonríen con zozobra
Al venderme el pan recien hecho
amasados por manos harto cansadas
de vivir y contemplar...
Lola Mar. 10.
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